La foto de perfil profesional
Si quieres una buena foto de perfil profesional, lo ideal es acudir a un fotógrafo que sepa sacar lo mejor de ti
En pleno 2020 tenemos más que asumido el hecho de que nuestra vida virtual tiene tanto peso como la real. Prácticamente todas las personas tienen un Smartphone conectado a Internet y se mueven en alguna red social. En el ámbito laboral, por supuesto, también es así.
Hoy en día cuidar la imagen que “vendemos” online es de vital importancia a la hora de aplicar a puestos de trabajo en portales de empleo, LinkedIn o simplemente al ampliar nuestra red de contactos.
Hoy queremos hablaros en nuestro blog de la importancia de una buena foto de perfil profesional.
La primera impresión es la que cuenta
Nos guste o no, la primera impresión que ofrecemos es la que más perdura. Cuando a un reclutador le llega una foto de baja calidad o que claramente es un recorte cutre de otra foto, lo traduce enseguida como desinterés, descuido y dejadez; ¡las peores sensaciones que podemos transmitir como trabajadores! En ese instante nuestra formación y nuestro CV pierden interés automáticamente.
Ya no tenemos excusas para ofrecer una foto de perfil profesional pixelada o mala: se puede conseguir algo aceptable con la cámara de cualquier teléfono móvil. Sin embargo, esto no siempre es suficiente. Hay que descartar los selfies que, desde luego, son divertidos y muy adecuados para sitios como Instagram, pero un selfie no transmitirá nunca profesionalidad. Podemos pedirle a alguien con buen pulso que nos saque una foto pero, si esa persona no tiene nociones básicas de fotografía, lo más probable es que ni el encuadr, ni la luz, ni los detalles sean buenos.
Lo mejor es invertir en ello: solo un fotógrafo que cuente con el equipo y los recursos apropiados podrá proporcionarte una buena foto de perfil profesional.
¿Qué quieres mostrar?
Para conseguir la foto ideal es necesario pensar antes sobre ella. En Goncom nos gusta hablar con nuestros clientes previamente para saber qué expectativas tienen, cuáles son sus objetivos y qué quieren transmitir con su foto. Este asesoramiento siempre repercute de manera positiva en el resultado y hace que el fotografiado se sienta mucho más cómodo delante de la cámara.
Dependiendo del sector laboral en el que nos movamos, será conveniente optar por un tipo de fotografía u otro. Si queremos un puesto en una oficina o un buffet de abogados prestigioso, tendremos que utilizar un tono más serio que si queremos, por ejemplo, trabajar como diseñadores gráficos en una agencia de publicidad. En ese caso lo ideal es mostrar un lado más divertido o creativo. Lo más importante es que, independientemente del tipo de foto que nos interese, hay aspectos comunes a todos ellos que se deben tener en cuenta.
El cuidado personal debe ser impecable, especialmente en rostro, pelo y manos. Por otra parte, debemos elegir vestimenta apropiada con colores que nos favorezcan, posar de manera natural (cosa fácil siguiendo las indicaciones de un buen fotógrafo) y, por supuesto, sonreír. Una sonrisa amable y no exagerada siempre dará confianza y es un valor positivo que se tiene en cuenta de manera inconsciente cuando se observa una fotografía.
Renueva tu foto de perfil profesional
Imagina que te captan on-line. Quieren hacerte una entrevista de trabajo y cuando te presentas ¡nadie te reconoce! O peor aún, te reconocen pero rápidamente resulta obvio que ha llovido mucho desde que te sacaste esa foto tan buena. La sensación de desconfianza en ambos casos va a ser inmediata.
Es necesario ir modificando nuestra foto en RRSS y en portales de empleo. Seguro que nos vemos genial en esa foto de hace unos años cuando hacía poco que habíamos terminado la carrera pero, siendo realistas, ya no nos parecemos tanto a esa versión antigua de nosotros mismos.
No se trata de cambiarla cada mes, pero quizá cada año sí sea oportuno. Piensa que en una red social como LinkedIn (donde se conecta con posibles clientes, se busca empleo, se ofrecen servicios o formación) o en tu propio CV, la foto es el único elemento visual que hay y tiene mucha más importancia de la que se piensa normalmente: debe ser realmente buena.